Cuando Mister Anan, mi proveedor, me invitò a una puja en su tienda sin dudarlo confirmé mi asistencia..
La puja (ofrenda) es un acto en el que los participantes se compenetran en cuerpo, mente y espíritu con determinada deidad mostrando su devoción.
Su gurú presidió la ceremonia, delante del pequeño altar que hay en todos los negocios.
No faltaron pétalos de rosa, arroz, una pequeña vasija con agua del Ganges, flores y un coco.
El acto comenzó con la lectura, por parte del guru, de textos en sanscrito seguido de unos mantras que todos repetimos.
Tras un breve silencio, con su cabeza inclinada en señal de respeto y sus manos en namasté susurro sus plegarias a Laxmi (diosa de la fortuna) para solicitar buenos augurios en el comercio y para todos los presentes.
Nos puso uno a uno la tika : un punto en la frente hecho de polvo y cera para que se quede adherido.
La tika representa el 3er ojo, el sexto chakra Ajna. Un centro de energía fundamental donde se encuentra la intuición, la clarividencia y el instinto.
Nos ató a la muñeca un cordón rojo al que dio varias vueltas.
Mister Anan me había indicado trajera mi libreta de trabajo, al llegar la deposité junto con sus libros contables, en una esquina del mostrador.
Al final de la ceremonia se dirigió hacia las libretas y en ellas dibujó una esvástica, símbolo espiritual de buena suerte desde hace miles de años (aunque tristemente asociado al holocausto en occidente desde la 2da Guerra Mundial). También ató en ellas los mismos cordones rojos y las roció con pétalos mientras recitaba un mantra de clausura.
Al final del ritual se produjo un profundo sentimiento de paz, como si algo poderoso y misterioso hubiese estado presente, y hubiese dejado un eco en la mente de los allí presentes.
Ese día fue un regalo y una de las cosas que más me gustan de vivir aquí, que nunca imaginas lo que te puede deparar tu día.
Gracias India!